martes, 28 de agosto de 2007

Esta rutina intensa

¿Que a qué me sabe tu olvido?

Me preguntan por las aceras
entre la lluvia tonta
quienes se acostumbraron a mirarnos.

¿Que cuál es el sabor
que me ha dejado tu abandono?

¿Que por qué he decidido conservar
tus recuerdos en alcohol?

¿Que qué hago con los duendes
que dejaste por doquier?

¿Que dónde duermen los sueños
tan intensos que juntos compartimos?

¿Que qué se siente pasar por esta etapa
de transición a la desesperanza?

Yo sólo escucho y callo.

Callo. –Silencio.

Yo sólo escucho.

Yo solo.

Yo… solo…

Solo.





...

9 comentarios:

Unknown dijo...

neat!

Anónimo dijo...

La herida ya no sólo tiene limón, sino hasta chile piquín. Aún así, sigue conservando un sabor dulce. Muy dulce.
Hay mucha diferencia en "estar solo" y "sentirse solo". La soledad también es ... tan subjetiva y a la vez sabrosa y necesaria, cuando sabes que es pasajera.
Si hay recuerdo... no puede haber tanta soledad.
Saludos perros.

DDL

Efrén dijo...

Y dice Arjona una frase que me caga:

"... uno no está donde el cuerpo sino donde más lo extrañan..."

y si nadie te extraña?

Anónimo dijo...

La soledad es el destino esquivo de todos los condenados, enfundados en disfraz de humano. Le temen y le adoran, hay quienes mueren por ella, y de ella. Habrá quienes crean o intuyan que no hay peor soledad, que cuando dos personas, cansadas de estar solas se unen y crean una misma y enorme necesidad de estar solos.

Perro de Agua dijo...

"Y tiene nombre de mujer, como la Soledad, como el Consuelo..."

O bien, como esa "amante inoportuna que se llama Soledad", diría J.Sabina

Por cierto, hay mujeres que tienen la suerte de llamarse como esos sustantivos, que van desde el Consuelo, Soledad, Dolores hasta Gloria. Me pregunto si eso las afectará inconscientemente de por vida en su forma de ser.

En todo caso yo me llamaría Prudencio o Inquieto Hernández. Ja.

Efrén dijo...

Inocencio!!!

Anónimo dijo...

Boby....

Anónimo dijo...

Si nadie te extraña es que no te has ido aún....

Efrén dijo...

Si no lloro por que te vas, sino por que no has ido